Los Impresionistas


El movimiento pictórico denominado impresionismo nació en París en 1870 y es de los más importantes y reconocidos de la pintura contemporánea. El origen del nombre está en un cuadro de Monet titulado "Impresion, soleil levant", la crítica de entonces se burló del nuevo estilo bautizándolo como "impresionista".
El impresionismo tiene muchos puntos innovadores y originales y surgió como diferenciación del realismo, imperante hasta entonces en Francia. Puedes comprobar en los cuadros las características generales que identifican las obras impresionistas:

1)   se pinta la apariencia, no la existencia definida, por eso se alcanza la "desmaterialización". No importan las formas sino el aspecto puntual.

2)   se pinta al aire libre (“Plein air”) para captar lo instantáneo: la luz, los contrastes, lo fugitivo, lo cambiante. Predomina lo impreciso y lo vaporoso. El pintor tiene que trabajar deprisa porque luces y colores al aire libre cambian con rapidez, y no digamos nada de las nubes, la lluvia, la niebla, la nieve, puestas y salidas de sol, etc. En los impresionistas se adivina la hora del día y la estación del año según la luz y la atmósfera. Captar el agua ( ríos, arroyos, playas) es la gran conquista de los impresionistas y les fascina puesto que está en cambio permanente.

3)   Técnicamente se emplean pinceladas sueltas de colores puros, que hieren nuestra retina al verlos de cerca pero que, a cierta distancia, componen escenas definidas pues nuestra vista las compone. Si lo contemplas de cerca parecen cuadros emborronados, pero si te alejas, son visiones preciosas en su luminosidad y transparencia. Es la mezcla óptica que resuelve nuestro sentido de la vista. No se usa el negro, ni siquiera en los contornos, se busca el color limpio, puro y vigoroso con pinceladas separadas como si fuera un mosaico.

La crítica de la época los puso a caldo, tachándolos de atrevidos y faltos de gusto.

Las figuras principales del movimiento fueron: Edgar Degas, Claude Monet, Berthe Morisot, Camille Pisarro, Auguste Renoir y Alfred Sisley.

El Impresionismo nace como una evolución a ultranza del Realismo y de la Escuela paisajística francesa de finales del siglo XIX. El preludio se encuentra en 1863, con la creación del Salon des Refusés, a modo de contestación de los Salones Oficiales de Otoño, que mantenían un arte estancado y carente de originalidad. El Impresionismo se corresponde con una transformación social y filosófica; por un lado, el florecimiento de la burguesía, por otro, la llegada del positivismo. La burguesía, como nuevo fenómeno social, trae sus propios usos y costumbres; unos afectan al campo, que deja de ser lugar de trabajo para convertirse en lugar de ocio: las excursiones campestres. Es el mundo retratado por Monet y Renoir. La ciudad, por el contrario, se convierte en nuevo espacio para la nueva clase social: aparecen los flanneurs, paseantes ociosos que se lucen y asisten a conciertos en los boulevards y los jardines de París.
También cobra relevancia la noche y sus habitantes, los locales nocturnos, el paseo, las cantantes de cabaret, el ballet, los cafés y sus tertulias. Es un mundo fascinante, del cual los impresionistas extraen sus temas: en especial Degas o Toulouse-Lautrec. Porque para ellos se han terminado los temas grandiosos del pasado. El positivismo acarrea una concepción de objetividad de la percepción, de un criterio científico que resta valor a todo lo que no sea clasificable según las leyes del color y de la óptica. Según esto, cualquier objeto natural, visible, afectado por la luz y el color, es susceptible de ser representado artísticamente. El cuadro impresionista se vuelca pues en los paisajes, las regatas, las reuniones domingueras, etc. Los impresionistas se agruparon en torno a la figura de Manet, el rechazado de los Salones oficiales y promotor del Salon des Refusés. Ante el nuevo léxico que proponen, de pincelada descompuesta en colores primarios que han de recomponerse en la retina del espectador, el público reacciona en contra, incapaz de "leer" correctamente el nuevo lenguaje.
Pero el Impresionismo cuenta con el apoyo de dos fuerzas sociales emergentes: la crítica de arte, que se encargará de encauzar el gusto del público; y los marchands, los vendedores de arte, que colocan sus cuadros en las mejores colecciones del país. Las tertulias, los Salones extra-oficiales y el propio escándalo se convirtieron en vehículos propagandísticos del nuevo estilo. Dicho estilo cuenta como precedente con los paisajistas de la Escuela de Barbizon, dependiente del último Realismo francés. Corot y Millet son las referencias más inmediatas en Francia, apoyados por la innovación de los paisajes de Turner. Esta tendencia paisajista la desarrollaron los integrantes del denominado Grupo de Batignoles, llamados así por vivir en el barrio del mismo nombre. Éstos son Monet, Boudin, Renoir...
También toman referencias, especialmente de color y composición, del Siglo de Oro español. El japonismo, una moda de la época, añadió su parte a través de grabados que enseñaron a los artistas una forma nueva de ver el espacio y de utilizar los colores planos, sin intentar falsificar la realidad del cuadro con la tercera dimensión. Por último, la fotografía fue otro enlace, aunque no está claro si la espontaneidad de la captación del momento la aprende el Impresionismo de la fotografía o, más bien, ésta es la alumna de aquél. En cualquier caso, el resultado es una pintura amable, ligera, frecuentemente de paisaje, llena de luz y color, con pinceladas muy cortas que a veces dejan entrever el blanco del lienzo. No son cuadros grandes puesto que responden a encargos privados. Están alejados de cualquier compromiso social (casi todos los impresionistas se fueron de vacaciones al campo o a Inglaterra durante la represión de los movimientos obreros de la década de 1880) y no tardaron en ser refrendados por una amplia aceptación social, de esta burguesía que se veía retratada en los lienzos impresionistas, al modo en que el mundo noctámbulo parisino se refleja en el espejo de La Barra del Folies-Bergère de Manet ni y el español Joaquín Sorolla.

El impresionismo ejerció una fuerte influencia durante décadas. Artistas que partieron del impresionismo idearon otras técnicas e iniciaron nuevos movimientos artísticos. Los pintores franceses Georges Seurat y Paul Signac ejecutaron lienzos a base de pequeños puntos de color, aplicando una derivación científica de la teoría impresionista conocida como puntillismo o divisionismo.
Los postimpresionistas Paul Cézanne, Henri de Toulouse-Lautrec, Paul Gauguin y Vincent van Gogh estuvieron muy influidos por la vivacidad del colorido impresionista. La obra de Cézanne anticipó el cubismo, mientras que la de Gauguin y Van Gogh representaron el comienzo del expresionismo.

1 comentarios:

Anónimo dijo...

Excelente articulo!!! Espero uno de Impresionismo y Expresionismo. Saludos Gaby! David Bossa