Pedro Mairal nació en Buenos Aires en 1970.
Cursó la carrera de Letras en la Universidad del Salvador, donde fue profesor adjunto de la cátedra de Literatura Inglesa. En 1996 publicó el libro de poesía 'Tigre como los pájaros' (Mención Premio Fortabat). En 1998 obtuvo el Premio Clarín de Novela por 'Una noche con Sabrina Love', que fue llevada al cine y traducida a varios idiomas. En el 2001 publicó el libro de cuentos 'Hoy temprano' y en el 2003, el libro de poesía 'Consumidor final'.
Éstos son datos sin relevancia, cuando lo importante para conocer a un escritor es adentrarse en sus palabras, aquí algunos de sus poemas (otra vez una selección caprichosa)
Pedro Mairal / Poemas
OFRENDA
Tengo
la edad en la que mueren los caballos,
la
edad en la que el árbol
se
ofrece entero al cielo.
Mi
miedo es una fauna secreta que me busca,
del
mar soy sólo un número de olas.
Tengo
dientes y penas y zapatos,
tengo
una fiesta eterna que a veces me convoca.
Conozco
a una mujer, tal vez, salvo el misterio
de
la panza de estrellas de la noche.
Yo
no sé cuántos soles le quedan a mi pecho,
yo
sé que ha sido bueno vivir y alzo estos años
como
una ofrenda ardiendo.
Por
encima del toro de sombra de los días,
por
encima del asco y el miedo y los espejos,
he
llegado hasta aquí.
POR
ESO
porque
yo me desierto y tú me lluvias
porque
me océano y me balsas
porque
me otoño y tú me hojas
porque
me sótano y me alas
por
eso yo te músico y me músicas
por
eso yo te potro y tú me frutas
y
yo te marinero y me tabernas
y
yo te remolino y me lagunas
por
eso yo te circo y tú me infancias
por
eso te amarillo y me amarillas
y
te barco y me arenas
y
te astro y me noches
y
te buzo y me perlas
y
te campo y me flores
por
eso yo te viento y tú me crines
por
eso te crepúsculo y me auroras
por
eso yo te cielo y tú me golondrinas
CON
ADEMÁN ANTIGUO
En
el vapor del baño se dibuja
desnuda
y luminosa.
Ceremoniosamente,
abre
una toalla azul, se inclina
en
una reverencia para el dios
de
toda su belleza.
El
pelo en catarata hacia adelante.
Lleva
suave la toalla hasta la nuca,
se
envuelve la cabeza,
con
ademán antiguo
tuerce
diestra la boa de algodón,
la
enrosca en espiral
y
sin saber siquiera que ha rezado
se
yergue tan hermosa con turbante
que
el solo gesto alumbra la vida cotidiana.
LA
MARIPOSA
En
la ropa colgada, en el yuyal,
atrás
de los galpones y la siesta
vuela
una mariposa de sangre.
A
pique las cigarras
desploman
todo el sol dentro un balde.
Sólo
la mariposa
escapa
a lo monótono que cae.
En
el calor volteado
sólo
su brillo flota.
Un
latido posado sobre un pasto,
las
alas encendidas en el aire,
en
torno a la humildad de las gallinas,
arriba
en el verano,
abajo
en la extensión de la culebra,
la
brasa de sus solamente alas
circunda
las camisas.
Con
liviandad de soplo
vuela
la mariposa en el cansancio,
vuela
con su color de sangre que aliviana
el
sueño de las sábanas mojadas.
Todo
cae en la siesta.
Salvo
la mariposa.
MI
MIEDO
Mi
miedo es un payaso despintándose
y
un poema aborrecido que emanaba
de
pájaros enormes azules y amarillos.
Mi
miedo es barro entre los dedos
y
sorprender una cópula
en
los galpones de la siesta.
Mi
miedo es la piedra en el aire
y
un solo parpadeo de siglos
y
estar llegando a Escocia sin zapatos.
Mi
miedo es cada noche en los museos
y
todo lo rompible
y
el pasillo que llega hasta la nuca
y
una lenta procesión de linchadores
y
un trompo ya sin fuerzas.
Mi
miedo es la moneda debajo de la lengua
y
ese dulce perfume anticipado
de
la muerte florida ya en la víspera.
LIGAZÓN
Ella
desnuda y yo desnudo
y
no hay mucho más que me importe.
Las
cosas caen al suelo
como
habiendo estado siempre en ese sitio,
así
caigo yo en ella.
Ella
apunta sus rodillas
hacia
dos constelaciones
y
es entonces la pelviana letanía,
la
ligazón oscura con la tierra.
El
TIGRE
Estoy
encerrado por los barrotes oblicuos
del
pelaje del tigre.
Mi
libertad está en su entraña:
en
sentir mi mandíbula capaz de apretar un cuello
y
mis cuatro garras ablandando mi peso,
en
sentir hacia atrás el espinazo
que
va de mi cabeza hasta la cola
que
viene por el agua.
Te
advierto que el tigre despedaza a la gacela
porque
no sabe tolerar tanta belleza.
Te
advierto que algún día seré tigre,
tigre
como los pájaros.
VERDE
Y AZUL
Ella
es el verde y yo el azul.
Y
cuando estamos azul sobre verde
somos
la tierra y el cielo,
porque
ella es la ofrenda fértil
y
yo soy los vientos con tormentas y soles;
porque
ella es la risa, el pan, la tierra
y
yo la senda de los pájaros, el cielo.
Y
así, durante el verde bajo el azul,
durante
el azul sobre el verde,
somos
el mundo.
EPITAFIO
Aquí
yacería su cuerpo de no haber sido donado
su
cráneo a una función de Hamlet, la jaula de sus
costillas
a los soltadores de pájaros, algunos
huesos
al mar, un fémur al desierto, el otro a un
hacedor
de flautas, sus falanges a la piel de las
mulatas
con collares, y cada una de sus vértebras
para
hacer unos pisapapeles inútiles que liberan
las
páginas al viento.
3 comentarios:
muy interesante como escribis
saludos de una argentina en Miami
Cuentos cortos.. q quedan en largo recuerdo !! Bellísimos.
Gracias P.M.!! Carlos el chino
Me encantó "El tigre". Enamorada de tu poesía, de esa forma tan sencilla con la que describís algo tan todopoderoso como lo es la belleza de lo cotidiano. Enamorada 😍
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