Alejandra
Puesto que el Hades no existe, seguramente estás allí,
último hotel, último sueño,
pasajera obstinada de la ausencia.
Sin equipajes ni papeles,
dando por óbolo un cuaderno
o un lápiz de color.
—Acéptalos, barquero: nadie pagó más caro
el ingreso a los Grandes Transparentes,
al jardín donde Alicia la esperaba.
Octubre 1972
Alejandra Pizarnik,
Poemas
Cold
in hand
blues
y qué es lo que vas a decir
voy a decir solamente algo
y qué es lo que vas a hacer
voy a ocultarme en el lenguaje
y por qué
tengo miedo
y qué es lo que vas a decir
voy a decir solamente algo
y qué es lo que vas a hacer
voy a ocultarme en el lenguaje
y por qué
tengo miedo
Fronteras
inútiles
un lugar
no digo un espacio
hablo de
qué
hablo de lo que no es
hablo de lo que conozco
no el tiempo
sólo todos los instantes
no el amor
no
sí
no
un lugar de ausencia
un hilo de miserable unión.
un lugar
no digo un espacio
hablo de
qué
hablo de lo que no es
hablo de lo que conozco
no el tiempo
sólo todos los instantes
no el amor
no
sí
no
un lugar de ausencia
un hilo de miserable unión.
Naufragio
inconcluso
Este temporal a destiempo, estas rejas en las niñas
de mis ojos, esta pequeña historia de amor que
se cierra como un abanico que abierto mostraba a la
bella alucinada: la más desnuda del bosque en el
silencio musical de los abrazos.
Este temporal a destiempo, estas rejas en las niñas
de mis ojos, esta pequeña historia de amor que
se cierra como un abanico que abierto mostraba a la
bella alucinada: la más desnuda del bosque en el
silencio musical de los abrazos.
Sous la nuit
Los ausentes soplan grismente y la noche es densa.
La noche tiene el color de los párpados del muerto.
Huyo toda la noche, encauzo la persecución y la fuga, canto un
canto para mis males, pájaros negros sobre mortajas negras.
Grito mentalmente, me confino, me alejo de la mano crispada,
no quiero saber otra cosa que este clamor, este resolar en la noche,
esta errancia, este no hallarse.
Toda la noche hago la noche.
Toda la noche me abandonas lentamente como el agua cae
lentamente. Toda la noche escribo para buscar a quien me busca.
Palabra por palabra yo escribo la noche.
Los ausentes soplan grismente y la noche es densa.
La noche tiene el color de los párpados del muerto.
Huyo toda la noche, encauzo la persecución y la fuga, canto un
canto para mis males, pájaros negros sobre mortajas negras.
Grito mentalmente, me confino, me alejo de la mano crispada,
no quiero saber otra cosa que este clamor, este resolar en la noche,
esta errancia, este no hallarse.
Toda la noche hago la noche.
Toda la noche me abandonas lentamente como el agua cae
lentamente. Toda la noche escribo para buscar a quien me busca.
Palabra por palabra yo escribo la noche.
Una
flor
no lejos de la noche
mi cuerpo mudo
se abre
a
la delicada urgencia del rocío
REVELACIONES
En
la noche a tu lado
las
palabras son claves, son llaves.
el
deseo es rey.
Que
tu cuerpo sea siempre
un
amado espacio de revelaciones.
ENCUENTRO
alguien
entra en silencio y me abandona.
Ahora
la soledad no está sola.
Tú
hablas como la noche.
Te
anuncias como la sed.
MENDIGA VOZ
Y
aún me atrevo a amar
el
sonido de la luz en una hora muerta,
el
color del tiempo en un muro abandonado.
En
mi mirada lo he perdido todo.
Es
tan lejos pedir. Tan cerca saber que no hay.
3
Sólo
la sed
el
silencio
ningún
encuentro
cuídate
de mí amor mío
cuídate
de la silenciosa en el desierto
de
la viajera con el vaso vacío
y
de la sombra de su sombra
MADRUGADA
Desnudo
soñado una noche solar.
He
yacido días animales.
El
viento y la lluvia me borraron
como
a un fuego, como a un poema
escrito
en un muro.
LA JAULA
Afuera
hay sol.
No
es más que un sol
pero
los hombres lo miran
y
después cantan.
Yo
no sé del sol.
Yo
sé la melodía del ángel
y
el sermón caliente
del
último viento.
Sé
gritar hasta el alba
cuando
la muerte se posa desnuda
en
mi sombra.
Yo
lloro debajo de mi nombre.
Yo
agito pañuelos en la noche y barcos sedientos de realidad
bailan
conmigo.
Yo
oculto clavos
para
escarnecer a mis sueños enfermos.
Afuera
hay sol.
Yo
me visto de cenizas.
MORADAS
A Théodore Fraenkel
En
la mano crispada de un muerto,
en
la memoria de un loco,
en
la tristeza de un niño,
en
la mano que busca el vaso,
en
el vaso inalcanzable,
en
la sed de siempre.
LA ÚLTIMA INOCENCIA
Partir
en
cuerpo y alma
partir.
Partir
deshacerse
de las miradas
piedras
opresoras
que
duermen en la garganta.
He
de partir
no
más inercia bajo el sol
no
más sangre anonadada
no
más fila para morir.
He
de partir
Pero
arremete ¡viajera!
INVOCACIONES
Insiste
en tu abrazo,
redobla
tu furia ,
crea
un espacio de injurias
entre
yo y el espejo,
crea
un canto de leprosa
entre
yo y la que me creo.
LA ENAMORADA
ante
la lúgubre manía de vivir
esta
recóndita humorada de vivir
te
arrastra Alejandra no lo niegues.
hoy
te miraste en el espejo
y
te fuiste triste estabas sola
y
la luz rugía el aire cantaba
pero
tu amado no volvió
enviarás
mensajes sonreirás
tremolarás
tus manos así volverá
tu
amado tan amado
oyes
la demente sirena que lo robó
el
barco con barbas de espuma
donde
murieron las risas
recuerdas
el último abrazo
oh
nada de angustias
ríe
en el pañuelo llora a carcajadas
pero
cierra las puertas de tu rostro
para
que no digan luego
que
aquella mujer enamorada fuiste tú
te
remuerden los días
te
culpan las noches
te
duele la vida tanto tanto
desesperada
¿adónde vas?
desesperada
¡nada más!
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