El término intertextualidad es el concepto convencional para enseñarle a los alumnos de nivel secundario sobre las relaciones que existen entre los diferentes textos (incluimos para esta actividad los escritos, los pictóricos y los audiovisuales).
¿De qué le sirve al lector relacionar textos? La relacion de textos con otros textos leídos con anterioridad es casi automática e instantánea. Hay ciertos textos que obligan al lector a relacionarlos directamente con otros, y otros casos en que las relaciones son sumamente personales y hasta meditadas por quién se ha dispuesto a leer.
La historia en la Biblia.(Génesis, capítulos 2 y 3.)
Entonces Yavé formó al hombre con polvo de la tierra, y sopló en sus narices aliento de vida y lo hizo un ser viviente. Luego Yavé plantó un jardín en un lugar del Oriente llamado Edén; allí colocó al hombre que había formado. Después dijo Yavé: “No es bueno que el hombre esté solo. Haré, pues, un ser semejante a él para que lo ayude. “ (...) Entonces Yavé hizo caer en un profundo sueño al hombre y éste se durmió. Y le sacó una de sus costillas, tapando el hueco con carne.
De la costilla que Yavé había sacado al hombre, formó una mujer y la llevó ante el hombre. Entonces el hombre exclamó: “Esta sí que es hueso de mis huesos y carne de mi carne”. (...) Los dos estaban desnudos, hombre y mujer, pero no se avergonzaban de eso. Yavé hizo brotar del suelo toda clase de árboles agradables a la vista y buenos para comer. Y puso en medio el árbol de la Vida y el árbol de la Ciencia del bien y del mal. (...) Yavé tomó, pues, al hombre y lo puso en el jardín del Edén para que lo cultivara y lo cuidara. Y Dios le dio esta orden al hombre: “Puedes comer de cualquier árbol que haya en el jardín, menos del árbol de la ciencia del bien y del mal; porque el día que comas de él, morirás sin remedio.”
La serpiente era la más astuta de todos los animales del campo que Yavé había hecho, y dijo a la mujer: “¿Es cierto que Dios les ha dicho: No coman de ninguno de los árboles del jardín?” La mujer respondió: “Podemos comer de los frutos de los árboles del jardín, menos del fruto del árbol que está en medio del jardín, pues Dios nos ha dicho: No coman de él ni lo toquen siquiera, porque si lo hacen morirán.” La serpiente replicó: “De ninguna manera morirán. Es que Dios sabe muy bien que el día en que coman de él, se les abrirán a ustedes los oídos y serán como dioses y conocerán el bien y el mal.”
La mujer vio que el árbol era apetitoso, que atraía la vista y que era muy bueno. Tomó de su fruto y comió y se lo pasó en seguida a Adán, que andaba con ella, quien también comió.
Entonces se les abrieron los oídos y se dieron cuenta que estaban desnudos y se hicieron unos taparrabos cosiendo unas hojas de higuera, Oyeron después los pasos de Yavé que se paseaba por el jardín, a la hora de la brisa de la tarde. El hombre y su mujer se escondieron, para que Dios no los viera, entre los árboles del jardín. Yavé Dios llamó al hombre y le dijo: “¿Dónde estás?” Este contestó: “Oí tu voz en el jardín y tuve miedo, porque estoy desnudo, por eso me escondí”. Yavé replicó: “¿Quién te ha hecho ver que estabas desnudo? ¿Has comido acaso del árbol que te prohibí?” El hombre respondió: “La mujer que me diste por compañera me dio del árbol y comí.”
Yavé dijo a la mujer: “¿Qué es lo que has hecho?”, y la mujer respondió: “La serpiente me ha engañado y comí.”
Entonces Yavé Dios dijo a la serpiente: “Por haber hecho esto, maldita seas entre todas las bestias y entre todos los animales del campo. Andarás arrastrándote, y comerás tierra todos los días de tu vida. Haré que haya enemistad entre ti y la mujer, entre tu descendencia y la suya, ésta te pisará la cabeza mientras tú te abalanzarás sobre su talón”.
A la mujer le dijo: “Multiplicaré tus sufrimientos en los embarazos. Con dolor darás a luz a tus hijos, necesitarás de tu marido, y él te dominará”.
Al hombre le dijo: “Por haber escuchado la voz de tu mujer y comido del árbol del que Yo te había prohibido comer: Maldita sea la tierra por tu culpa. Con fatiga sacarás de ella tu alimento por todos los días de tu vida. Espinas y cardos te dará, y comerás la hierba del campo. Con el sudor de tu frente comerás el pan hasta que vuelvas a la tierra, pues de ella fuiste sacado. Porque eres polvo y al polvo volverás”.
El hombre llamó a su mujer «Eva» por ser la madre de todo viviente. Yavé Dios hizo para el hombre y la mujer túnicas de piel y los vistió. Por ello los echó de la tierra del Edén, .... Y habiendo expulsado al hombre, puso querubines, al oriente del jardín del Edén, y un remolino que disparaba rayos, para guardar el camino del Árbol de la Vida.
Eva tomando el sol- Joaquín Sabina
Todo empezó cuando aquella serpiente
me trajo una manzana y dijo: “prueba”
Yo me llamaba Adán, seguramente
tú te llamabas Eva.
Vivíamos de squatters en un piso
abandonado de Moratalaz,
si no has estado allí no has visto
el Paraíso Terrenal.
Cogimos un colchón de una basura,
dos sillas y una mesa con tres patas,
mientras yo emborronaba partituras
tú freías las patatas.
Plantamos cañamones de Ketama
y un tiesto nos creció ante el ventanal
con una rama de árbol de la ciencia
del bien y del mal.
A Eva le gustaba estar morena
y se tumbaba cada tarde al sol,
nadie vio nunca una sirena
tan desnuda en un balcón.
Pronto en cada ventana hubo un marido
a la hora en que montaba
el show mi chica,
aunque la tele diera en diferido
el Real Madrid-Benfica.
Un día la víbora del entresuelo
en trance a su consorte sorprendió,
formó un revuelo y telefoneó
al cero noventa y dos.
Y como no teníamos apellidos,
ni hojas de parra, ni un tío concejal,
ni más Dios que Cupido
no sirvió de nada protestar.
Eva tomando el sol
bendito descontrol,
besos, cebolla y pan…
¿qué más quieres Adán?
Un juez que se creía Dios dispuso
que precintara un guardia nuestro piso
no quedan plazas para dos intrusos
en el Paraíso.
Estábamos sobre el colchón desnudos
jugando a nuestro juego favorito,
al ver entrar la pasma
Eva no pudo sofocar un grito.
A golpes la bajó por la escalera un
ángel disfrazado de alguacil
sin importarle un pijo que estuviera
encinta de Caín.
Hoy Eva vende en un supermercado
manzanas del pecado original
yo canto en la calle Preciados
todos me llaman Adán.
Eva tomando el sol
bendito descontrol,
besos, cebolla y pan…
¿qué más quieres Adán?
Título: Eva tomando el sol
Año: 1988
Letra: Joaquín Sabina
Música: Joaquín Sabina, Pancho Varona
Disco: El Hombre del traje Gris (1988)
1. Relacionar el concepto de intertextualidad entre estos dos textos.
2. Indicar las frases en que se manifiesta la intertextualidad.
3. Buscar ejemplos plásticos de intertextualidad en este tema.
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