Aquí me pongo a cantar
al compás de la vigüela,
que el hombre que lo desvela
una pena estrordinaria,
como la ave solitaria
con el cantar se consuela.
Pido
a los santos del cielo
que
ayuden mi pensamiento:
les
pido en este momento
que
voy a cantar mi historia
me
refresquen la memoria
y
aclaren mi entendimiento.
Vengan santos milagrosos,
vengan
todos en mi ayuda
que
la lengua se me añuda
y
se me turba la vista;
pido
a mi Dios que me asista
en
una ocasión tan ruda.
Yo he visto muchos cantores,
con
famas bien otenidas
y
que despues de alquiridas
no
las quieren sustentar:
parece
que sin largar
se
cansaron en partidas.
Mas ande otro criollo pasa
Martin
Fierro ha de pasar;
nada
lo hace recular
ni
las fantasmas lo espantan,
y
dende que todos cantan
yo
tambien quiero cantar.
Cantando
me he de morir,
cantando
me han de enterrar
y
cantando he de llegar
al
pie del eterno Padre;
dende
el vientre de mi madre
vine
a este mundo a cantar.
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