Tipos de Narrador


LOS TIPOS DE NARRADOR

Narrar es contar. El narrador es quien cuenta la historia. Pero, ¿quién es...?
          
El narrador es un personaje creado por el autor que tiene la misión de contar la historia. Hay diferentes tipos de narrador según la información de que dispone para contar la historia y del punto de vista que adopta.



Tipos de narrador:

·        DE 3ª PERSONA
NARRADOR OMNISCIENTE ( que todo lo sabe). El narrador omnisciente es aquel cuyo conocimiento de los hechos es total y absoluto. Sabe lo que piensan y sienten los personajes: sus sentimientos, sensaciones, intenciones, planes…
NARRADOR OBSERVADOR. Sólo cuenta lo que puede observar. El narrador muestra lo que ve, de modo parecido a como lo hace una cámara de cine.

·        DE 1 ª PERSONA
NARRADOR PROTAGONISTA. El narrador es también el protagonista de la historia (autobiografía real o ficticia).
NARRADOR TESTIGO. El narrador es un personaje secundario que ha asistido al desarrollo de los hechos.

·        DE 2 ª PERSONA
El narrador HABLA EN 2ª PERSONA. Crea el efecto de estar contándose la historia a sí mismo o a un yo desdoblado.

                   
 MIRA ESTOS EJEMPLOS   
                   
         3ª Persona: Narrador omnisciente               
La mañana del 4 de octubre, Gregorio Olías se levantó más temprano de lo habitual. Había pasado una noche confusa, y hacia el amanecer creyó soñar que un mensajero con antorcha se asomaba a la puerta para anunciarle que el día de la desgracia había llegado al fin.

Luis Landero, Juegos de la edad tardía


                   
         3ª Persona: Narrador observador      
                   
Luego se habían metido poco a poco las dos y se iban riendo, conforme el agua les subía por las piernas y el vientre y la cintura. Se detenían, mirándose, y las risas les crecían y se les contagiaban como un cosquilleo nervioso. Se salpicaron y se agarraron dando gritos, hasta que ambas estuvieron del todo mojadas, jadeantes de risa.

Rafael Sánchez Ferlosio, El Jarama
                    
                   
         1ª persona: Narrador protagonista    
                   
Me niego a corresponder, a representar el papel de esposa de alto status, que esconde su cansancio tras una sonrisa, lleva la batuta en conversaciones sin fuste, pasa bandejitas y se siente pagada de su trabajera con la típica frase: Has estado maravillosa, querida.

Carmen Martín Gaite, Nubosidad variable


                   
         Narrador en 2ª persona  
         Observa el uso de la segunda persona en los paréntesis, en los que el personaje habla consigo mismo.       
Ahora él le apartaba los cabellos con la mano y Teresa bajó los ojos. La mano [...] se posó luego en el cuello de la muchacha, presionando levemente la nuca. [...] (Mal lo estás haciendo muy mal, ignorante [...])
- Es lo normal. -Le acariciaba los cabellos, la línea suave de los hombros, la nuca-. Es tan fácil quererte, tan sencillo. Lo más sencillo del mundo. Eres bonita, inteligente...
- Pero, ¿qué dices
- Pues eso, que estás hecha para que te adoren (mal, muy mal, desgraciado, ¿qué te pasa?). Eres un ángel 
Sus cuerpos se tocaron. Teresa seguía con los ojos bajos.

Juan Marsé, Últimas tardes con Teresa

        
                    
                   
        
Y ahora, practica: ¿Sabrías decir qué tipo de narrador es el que aparece en estos textos?
        
Fue entonces cuando se torció el tobillo [...] Cayó en mala posición: el empeine del pie izquierdo cargó con todo el peso del cuerpo. Al pronto sintió un dolor agudísimo; pensó que se había roto el pie. Con alguna dificultad, sentado en el césped, se quitó la zapatilla y el calcetín, comprobó que el tobillo no estaba hinchado. El dolor amainó en seguida, y Mario se dijo que con suerte el percance no revestiría mayor importancia. Se puso el calcetín y la zapatilla; se incorporó; caminó con cuidado: una punzada le desgarraba el tobillo.

Javier Cercas, El inquilino
        
Hace muchos años tuve un amigo que se llamaba Jim, y desde entonces nunca he vuelto a ver a un norteamericano más triste. Desesperados he visto muchos. Tristes como Jim, ninguno. Una vez se marchó a Perú, en un viaje que debía durar más de seis meses, pero al cabo de poco tiempo volví a verlo.

Roberto Bolaño, Jim

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